¿Cuántas veces hemos desaprovechado
las oportunidades de colaborar en nuevos proyectos solamente porque no tienen
que ver con nuestras áreas de interés? ¿Hemos sido capaces de arriesgarnos a intervenir en situaciones fuera
de nuestra rutina? La zona de confort no es otra cosa que la comodidad que
sentimos desempeñando siempre el mismo rol, bajo las mismas circunstancias y en
entornos conocidos.
Quien vive intensamente cada minuto
es aquella persona que no se autoimpone barreras, es quien hace a un lado sus
prejuicios y los comentarios malintencionados de otras personas para dar rienda
suelta a su curiosidad e iniciar un proceso de exploración, así como lo niños. Los emprendedores
saben esto y además son soñadores, con un propósito en mente.
Cada vez que sienta le necesidad
de innovar, hágalo, no se sentirá defraudado con su decisión porque el
aprendizaje y los resultados que obtenga valdrán el esfuerzo.
Vivir nuevas experiencias
Una forma de garantizar que asumirá retos novedosos es hacer una lista de aquellos sueños que le gustaría concretar, pueden ser tareas sencillas que ha dejado relegadas a un segundo plano o un pasatiempo que no ha podido iniciar. Puede empezar por inscribirse en algún curso de idioma, comenzar a practicar un deporte, tocar un instrumento musical, planificar un viaje al exterior, desarrollar sus habilidades en artes dramáticas, modelaje o locución.
Estas actividades le mantendrán activo y lleno de vitalidad. Lo importante es que decida hacerlo por su propia voluntad y no para satisfacer el capricho de alguien más. Recuerde que los resultados no serán inmediatos, pero bien vale la pena intentar.