Cuando un profesional decide brindar asesoría en
mercadeo, nunca debe olvidar que la publicidad es sólo una herramienta. Vale la
pena considerar dentro del plan otras iniciativas, por ejemplo, de relaciones públicas, estrategias
de BTL, mercadeo directo, cibermarketing y patrocinio de eventos.
Un consultor siempre tendrá
presente que la confianza del cliente será proporcional a su desempeño. Su
compromiso fundamental es con el éxito de la marca que ayudará a fortalecer.
Otro asunto de rigor es el presupuesto.
Un especialista brindará las mejores opciones de inversión en medios,
argumentando sus decisiones en cifras (de fuentes reconocidas y válidas),
investigaciones de mercado y experiencias exitosas de otras industrias del sector. En la contratación de
proveedores, la transparencia en el proceso de licitación será la norma. La honestidad en la toma de decisiones, pasa
por el análisis de varias ofertas (al menos tres cotizaciones) y la posterior negociación
de las partes involucradas hasta llegar a un acuerdo ganar-ganar. Los recursos son
finitos, administrarlos con eficiencia es parte del trabajo del experto en
mercadeo. Hay que exigir calidad en el servicio y buscar el compromiso de los
aliados: compositores musicales y arreglistas, diseñadores gráficos, fotógrafos, modelos, anfitrionas y promotores,
ilustradores, propietarios de imprentas, entre otros. Lo ideal sería mantener
relaciones comerciales a largo plazo con los “buenos” proveedores.
No podemos ser indiferentes si vemos que las cosas no marchan bien. Hay
que evitar los trabajos inconclusos y las frases como “lo arreglaremos
después”, “deja eso así” y “no hay nada más que hacer”. La mediocridad y la flojera no contribuyen al
éxito. Todos debemos respetar los canales regulares de comunicación, consultar
a las personas involucradas en los procesos y delegar el trabajo en las
personas más capacitadas.